Futuro Consumidor: Tenga presente, que su estado de salud mental puede sufrir algunos altercados, o cambiar de modos inesperados mientras toma este medicamento (Zeta). Es difícil (casi imposible, diría yo) decir si estos cambios son causados por Zeta o por enfermedades físicas o mambos mentales incurables que usted ya tiene o que aparecen súbitamente justo después de empezar a tomar Zeta, pero que no tienen nada que ver con ella. Nada, eh. Nada.
Consígase un locólogo de inmediato si presenta cualquiera de estos síntomas y por alguna extraña razón le parece que puede tener una mínima conexión con el tratamiento en cuestión (o tómese un par de pastillas más):
agresividad, comportamiento extraño o inesperadamente comunicativo,  alucinaciones (ver cosas, colores, elefantes, camellos u oír voces que no existen, o que no escuche usualmente), sensación de estar fuera de su cuerpo, problemas de memoria (el extravío de las llaves de su casa no es considerado un problema de memoria, sino de severa estupidez, lo cual explica, además, que usted está leyendo el prospecto del medicamento equivocado), dificultad para concentrarse, lentitud para hablar o en los movimientos, empeoramiento o aparición de depresión (escribir un libro con ilustraciones realistas sobre los diferentes cómo, cuándo, porqué y dónde suicidarse, también puede ser interpretado simplemente como una forma de expresión artística), confusión y cualquier otro cambio en su estado de ánimo o manera habitual de pensar (o no pensar) y comportarse.
Cerciórese de que sus familiares (o animales, o el señor de junto, o el inquilino, o la chica del quiosco de acá a la vuelta) sepan qué síntomas pueden ser graves, de modo que puedan llamar a un locólogo si usted no puede buscar tratamiento por sí mismo.

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