miss psycho sexy

Pumpkin 1. Click

El porro no prende fuck. ¿Qué le pasa al encendedor? Ah, ahí está. Qué raro che, parece un pino bonsai envuelto en una servilleta barata, que ni siquiera cubre su todo.
Veo salir el humo de mi boca, pero no lo siento invadiendo mis pulmones. Un par de pitadas.
Se lo paso a Martín, que está perdido en el suelo, en frente de un televisor lluvioso. Agarro mi polaroid, que convenientemente está en mi mano, aunque recién me doy cuenta de eso. La foto cae borrosa a su lado.
Levanto la vista y observo la habitación, primera hora de la mañana, entra luz difusa por la ventana edificio; llena de humo, gente drogada, alfombras y colores primarios.
Voy a la cocina y, entre medio de vómito y platos sucios, encuentro mi réflex digital. Quiero volver a la sala.
Me interrumpe mi camino el negro, que tiene puestos unos anteojos que, al parecer, no son suyos; me sonríe con una expresión burlona.
Lo miro a través del visor. Poso el dedo sobre el botón, que lo hace sentir como en casa. Enfoque. Luz. Congelo al negro para siempre, con los anteojos, queriendo ser otro.
En una pequeña fracción de segundo el obturador se abre y se cierra.

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